Un relevamiento de los comercios de distintos puntos de la ciudad realizado por LA VOZ DE CORRIENTES permitió corroborar que la actividad en el rubro volvió a la normalidad luego de la ola de saqueos que afectó a distintos puntos del país, pero con reservas y precauciones que pasan por enrejados, persianas bajas y custodias contratadas ad/hoc.

El caso más sintomático es el de algunos grandes comercios de artículos para el hogar y navideños, que directamente decidieron ocultar sus vidrieras con las persianas de seguridad para dejar nada más que el acceso de servicio, una pequeña compuerta de chapa que obliga a los clientes a hincarse a 45 grados para ingresar a un salón de ventas donde la presencia policial de triplicó.
Sobre ese pasadizo metálico, un cartel de papel pegado con cinta dhesiva invita tímidamente: "Abierto, pase".

Es el caso de la conocida boutique de accesorios del hogar, mueblería y bazar Hiper Wolly, por calle Catamarca, en pleno centro de la capital correntina. Una clienta del lugar dialogó con este postal sobre las medidas y se mostró comprensiva: "Es preferible esto a que ciere las puertas o que de pronto lleguen los saqueadores y arruinen todo".

Sobre peatonal Junín, una conocida boutique mantiene sus puertas bajo llave y un cartelito de "abierto" avisa que los interesados deben tocar un timbre instalado oportunamente. Noemí, una compradora habitual de la casa de ropa femenina consideró "necesario" que las dos vendedoras que trabajan en el local se mantengan bajo cerrojos porque "en estos días previos a la Navidad puede pasar cualquier coss".

Distinto es el panorama de Laura Insaurralde, la dueña de la boutique Zamira que funcionó durante varios años sobre avenida Casadores Correntinos hasta que la semana anterior los saqueadores hicieron añicos su local y se llevaron toda la mercadería, incluidos los maniquíes.

"En mi caso no voy a poder abrir hasta nuevo aviso porque no tenemos con qué reponer tanta mercadería. Por lo pronto vamos a estar cerrados y durante las fiesta snos arreglaremos como podamos", sostuvo la mujer.

En el caso de la mueblería Mucho Gusto, saqueada en la misma fecha en su salón de ventas de la avenida Ferré esquina Vélez Sarsfield, que sigue funcionando pero "con la bronca y la impotencia que da haber sido asaltado por la misma gente que pasa por la vereda", dijo su propietario.

En su caso, el local fue reforzado con trancas pesadas soldadas por un herrero y fue uno de los pocos comercios que recuperó algo de lo saqueado mediante allanamientos realizados por la Policía en el barrio La Vixcacha.