Cultura

La fiesta de San Baltasar cautivó en el Cambá Cuá

La tradicional fiesta en honor a San Baltasar tuvo una nueva edición exitosa, en tribuyo al santo pagano que era venerado por los descendientes africanos que se establecieron en Corrientes en la zona del barrio Cambá Cuá. Allí aún perviven costumbres vinculadas a los ritos con los que se agradecían los favores recibidos durante el año por las clases más sometidas en los tiempos de esclavitud.


La fiesta de San Baltasar que el último fin de semana convocó a una multitud en el parque Cambá Cuá, con números artísticos y de danzas típicas, se remonta al siglo XVIII, pero es en las primeras décadas del siglo XIX cuando ganan popularidad por la presencia de un José Gervasio Artigas derrotado en su proyecto federalista y en retirada hacia Paraguay, donde moriría en condición de asilado político.
Los soldados del caudillo uruguayo eran en su mayoría negros, muchos nativos de países como Guinea y Congo, quienes rápidamente empatizaron con los esclavos liberados que sobrevivían en Corrientes, en inmediaciones de lo que hoy es el barrio Cambá Cuá. Allí se juntaron a celebrar las festividades del santo patrono de los africanos, inspirado en uno de los Reyes Magos de la epifanía cristiana según la cual Jesús niño es agasajado por tres deidades arribadas de tierras desconocidas a poco de su nacimiento.
Sin embargo, el santo del candombe no está canonizado y forma parte del santoral profano del Litoral argentino, zona en la que abundan creencias transversales que en algunos casos se conectan con el cristianismo pero adquieren una fisonomía diferenciada producto de la transculturización propia de la simbiosis de razas y credos en los años fundacionales de la organización social del presente.
Con el tiempo la fiesta en honor a San Baltasar dejó de ser “cosa de negros” y recibió el impulso oficial que la transformó en un atractivo cultural que hoy es incluso para turistas que no sólo pueden disfrutar de las expresiones artísticas, sino que al mismo tiempo tienen la oportunidad de adentrarse en el conocimiento histórico de un pasado que durante mucho tiempo mereció la censura de los grupos de poder que se avergonzaban de géneros musicales como el candombe y renegaban de la existencia de afrodescendientes.
Hoy el escenario montado por el municipio en el parque Cambá Cuá, con el auspicio de la Secretaría de Cultuira de la Nación, muestra orgulloso el legado de los afrodescendientes que poblaron el que paradójicamente es uno de los barrios más acomodados de la capital provincial. Y como cada año, del 4 al 6 de enero, la tierra de los negros vuelve a respirar la pasión de los espíritus prohibidos. 

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