La Policía de Mercedes logró determinar en las últimas horas que el promesero asesinado en inmediaciones del Gauchito Gil mantenía viejas diferencias con su agresor, quien terminó apuñalándolo por negarse a destapar una botella de vino.

Alcohol, broncas de vieja data, hacienamiento y bravuconerías fueron el coctel mortal que desembocó en el deceso de Mauro Retamoso, de 26 años, devoto del Gauchito Gil que hace dos días fue literalmente degollado por un compañero de viaje con el que mantenía un antiguo encono por motivos personales.
Lo curioso del caso es que el motivo coyuntural por el cual Juan Romero, único sospechoso por el homicidio, atacó a puñaladas a Retamoso fue la negatica de la víctima a destapar una botella de vino luego del almuerzo que ambos habían compartido junto a una delegación llegada desde Rosario, ciudad de la cual también eran oriundos.
Los investigadores indagaron entre los testigos y pudieron reconstruir los últimos instantes del promesero asesinado. Todo indica que Retamoso se negó a descorchar la botella y padeció la recriminación de Romero.
El cruce de palabras fue elevando el tono y de pronto ambos fieles del Gauchito estaban forcejeando en una reyerta que finalizó de la peor manera, cuando Romero alcanzó a manotear el cuchillo y lo clavó en el cuello de Retamoso.
Se espera que el agresor, quien sigue detenido en dependencias policiales mercedeñas, declare en las próximas horas para avanzar con la causa que se caratula por el momento como supuesto homicidio en riña.