El paro general convocado para el 10 de abril por la CGT opositora tendrá repercusiones directas en Corrientes, ya que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) decidió plegarse a la medida en adhesión a los reclamos de mejores salarios y contra la inflación.

La decisión de paralizar el transporte público de pasajeros en Corrientes fue confirmada por el titular del gremio, Rubén Suárez, quien aseguró que se trata de un reclamo justo y "no de un paro político", como presentan la protesta desde el kirchnerismo.
La huelga fue convocada por la CGT Azopardo que conduce Hugo Moyano y la CGT Azul y Blanca que lidera el gastronómico Luis Barrionuevo, quienes lograron hasta el momento un alto nivel de adhesión por parte de distintos sectores del trabajo.
El reclamo será "una forma de hacerle saber al Gobierno Nacional que los trabajadores son los más afectados por el problema inflacionario y sufren la  pérdida del poder adquisitivo" mientras "se intenta desbaratar las paritarias libres", argumentaron Moyano y Barrionuevo.
La protesta también incluye la exigencia de que sea eliminado el impuesto a las  ganancias y "la devolución de las retenciones injustas al sistema de  obras sociales sindicales".
La idea durante la jornada de paro es que se mantengan en funcionamiento los servicios  esenciales durante el paro, aunque el titular de La Fraternidad, Omar  Maturano, advirtió que en el área del transporte  “no hay servicios esenciales”.
Allí encuentra asidero la posición asumida por la UTA, que con su adhesión garantiza un acatamiento amplio debido a que miles de trabajadores alegarán que no puede trasladarse a sus empleos debido a la ausencia de colectivos.