Automoción

Reapareció el Torino N° 2 del Proyecto Fangio: fue recuperado en Corrientes

El auto más buscado de la historia del deporte motor argentino acaba de reaparecer. Es un boom noticioso en los medios especializados y será presentado en noviembre, en el marco de las Mil Millas de Bariloche. Es el Torino desaparecido de la gesta de Nürburgring, un auto único que fue recuperado en Corrientes.

Por José Luis Zampa

Si esta historia se tratase de barcos lo que acaba de confirmarse en el mundo de los autos más emblemáticos de la Argentina es comparable con el reflotamiento del Titanic.
El Torino, marca de cuño nacional sin parangón en el resto del mundo, vuelve a ser el centro de atención de la comunidad del conservacionismo y la afición por los clásicos al haberse revelado oficialmente que la coupé 380W N° 2 utilizada por el “Proyecto Fangio” en Alemania apareció perfectamente recuperada después de 45 años de nebulosa.
La confirmación vino de la mano de su propietario, el ingeniero Mario Luis Suárez, quien hasta 2013 trabajó sobre el auto considerado “el eslabón perdido” de la familia Torino nada menos que en un modesto galpón de la ciudad de Corrientes.
A un costado de las Mil Viviendas, junto a un taller de colectivos y lejos de los centros especializados en este tipo de restauraciones, hizo un trabajo de hormiga bajo un manto de sigilo que permitió detectar, rescatar y recuperar el emblemático espécimen con la tranquilidad que proporciona el anonimato.
Tuvo algo de ayuda, especialmente en lo que a camaradería se refiere: Mario fue durante todo ese ciclo de varios años presidente del Club de Automóviles Clásicos de Corrientes (CACC), cuyos miembros guardaron el secreto en todo momento.
En ese contexto de intimidad, Mario Suárez y su hijo Francisco trabajaron en la resucitación de la joya más preciada de la historia del automovilismo deportivo del país, el Torino que completa la trilogía de fierros gauchos que en agosto de 1969 mostraron el poderío de la industria nacional en tierras europeas.

LA GESTA DE ALEMANIA
Fue en la Maratón de la Ruta, una carrera de 84 horas ininterrumpidas en el circuito legendario de Nürburgring, que los Torino 1, 2 y 3 escribieron la historia. Allí desembarcó la “Misión Argentina”, capitaneada por el quíntuple Juan Manuel Fangio, con los mejores pilotos de la época para probarse contra marcas como Porsche, Mercedes, Lancia y otros pesos pesados del Viejo Continente.
El equipo argentino ganó. Pero no figura así en los registros oficiales. En la práctica, el Torino N° 3 giró más vueltas que el resto de los competidores, pero fue apercibido por romper el escape y superar los decibeles permitidos por reglamento. Con un recargo de tiempo, quedó cuarto en una carrera que de este lado del océano se festejó como un campeonato de fútbol.
Los autos regresaron al país, fueron recibidos con vítores y aplausos, pero eran propiedad de Renault, la heredera de la para entonces extinguida Industrias Kaiser Argentina (IKA). Se dice que por eso, por no ser hijos biológicos del rombo, los Torino fueron víctimas de la indolencia. Uno –el ganador- se conservó en el Museo Fangio de Balcarce. Los otros fueron librados a su suerte.

EL HALLAZGO
En 2006 el coleccionista Daniel Van Lierde confirmó que había encontrado y comprado el Torino N° 1. En muy mal estado, lo mostró y certificó su originalidad con expertos. Pero… ¿Y el número 2? La incógnita del mundo tuerca perduró hasta hoy, mientras Mario y Francisco Suárez ya tenían el auto en sus manos y avanzaban en la recuperación de sus partes, desperdigadas por medio país.
El Torino N° 2 fue encontrado en el patio trasero de una casa particular, en un pueblo norteño de la provincia de Santa Fe. Estaba con sus placas identificatorias en la de torre de suspensión y, la más grande, en el parallamas, donde se podían leer las palabras clave: “Proyecto Fangio” (la denominación interna del equipo al momento de ensamblarse los autos en la fábrica de Santa Isabel).
Cuando Mario y Francisco lo encontraron, el N° 2 reposaba en un pastizal sin sus órganos vitales. Sin motor, sin ruedas, sin ejes, pero era el original. Había sido abandonado tras varios años de participar como si fuera un "lacayo" más de una categoría zonal santafesina, pese a su gran valor histórico.
En todo ese tiempo, los Suárez fueron descubriendo como agujas en pajares muchas partes originales en distintas provincias, desde el motor hasta las suspensiones, frenos y asientos. Gastaron mucho dinero y mucho tiempo en pos de una huella muy díficil de seguir. Recorrieron las provincias de Córdoba, San Juan, Buenos Aires (todo el interior), Santa Fe, Chaco y más.
En el Chaco por ejemplo, en un pueblo del interior, encontraron el tanque de nafta original. En otro lugar las llantas con cubiertas resecas y los inconfundibles rastros de las bloqueadas en Nürburgring.
Todo duró aproximadamente seis años y transcurrió en su taller de la capital correntina. Allí, con la asistencia de distintos mecánicos, tapiceros, artesanos, pintores y demás lo restauraron a un nivel que incluso opaca el estado del Torino N° 3 del museo de Balcarce.

MUDANZA Y VUELTA A LA VIDA
A mediados de 2013, toda la familia (incluida la coupé N° 2) se mudó a Buenos Aires. Allí Mario se contactó con Van Lierde, quien generosamente le facilitó sus mecánicos para terminar el armado del auto que finalmente quedó como si estuviera por largar la Maratón de la Ruta de 1969.
Este portal habló con Mario Suárez sobre el Torino N° 2. Emocionado, confirmó que “finalmente pudimos recuperar para la posteridad un testimonio de la pujanza industrial y deportiva de un país que pisó fuerte en el concierto internacional pese a todas las limitaciones y las crisis que hemos padecido y seguimos padeciendo”.
El Torino como producto industrial argentino es eso: el símbolo de que Argentina puede –cuando a su pueblo se lo permiten- competir de igual a igual con cualquier potencia industrial, económica o deportiva.
Este Torino N° 2 tantas veces soñado por los Suárez (así como por miles de fanáticos), al reaparecer, completa el rompecabezas de una Nación que explica su destino con hechos donde los protagonistas no son los gobernantes de turno sino sus referentes deportivos, sus investigadores, sus científicos y hasta sus mecánicos.
¿Qué pasará ahora? Van Lierde y Suárez preparan sus autos para presentarlos restaurados en el marco ideal: las Mil Millas históricas de Bariloche. Allí, entre 150 clásicos de todos los tiempos, se les sumará el N° 3,  que –al parecer- será trasladado desde el Museo Fangio de Balcarce.
Los tres Torino de la gesta Nürburgring volverán a estar juntos después de 45 años. Rugirán con sus motores Tornado de tres carburadores Weber, como en sus años mozos. Con la misma potencia que derrocharon en agosto de 1969, cuando el país celebró la última hazaña deportiva de Fangio al frente un equipo completamente argentino, desde sus pilotos, hasta sus bólidos.
Y una vez más, como en cada bisagra de la historia nacional, Corrientes habrá hecho su aporte. Porque fue en tierra correntina donde se planificó, se ejecutó y se consumó el gran desafío de rescatar al eslabón perdido.

Comentarios 2

EXELENTE ARTICULO !!!
GUSTAVO FALCIONE21:39hs | 01/08/2014
Patricia Chequin18:33hs | 03/08/2014

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