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El misterioso mexicano detrás de los envíos de cocaína desde Argentina a Canadá

La Justicia argentina investiga una trama de nombres y empresas que vincula a la tonelada presentada este lunes en Montreal con los 1800 kilos encontrados en el país en julio pasado. Pallets con piedras y prófugos internacionales

Mucha droga. El lunes último, la Policía canadiense presentó en Ontario el mayor lote narco de la historia de su país, 1062 kilos de cocaína boliviana con una pureza estimada del 97 por ciento, literalmente una pared de panes apilados, un lote valuado en más de 600 millones de dólares a precio de mercado negro norteamericano con una posibilidad de estirarlo con sustancias de corte a casi el doble de su peso o más.

El lote, aseguraron los efectivos de la Ontario Provincial Police, fue el resultado de varios operativos ocurridos en los últimos meses, incautaciones ocurridas en puntos como el puerto de Montreal y zonas suburbanas de Toronto entre mayo y junio. Tres hombres con nombres hispánicos y nacionalidad canadiense fueron arrestados. Para las autoridades, los más de mil kilos de droga provinieron de un solo lugar: Argentina.

La cocaína encontrada en Canadá no está sola. En julio pasado, la Superintendencia de Drogas Peligrosas incautó 1800 kilos de cocaína en un operativo bajo la firma del juez federal de Campana, Adrián González Charvay tras un dato originado por la DEA, la Drug Enforcement Administration estadounidense. Un galpón en el Parque Industrial de Bahía Blanca fue el foco: allí se encontraron 1400 kilos ocultos en bobinas de acero, listos para ser exportados a Canadá. Otros 450 kilos aparecieron en un galpón de la zona de Perdriel, partido de Luján de Cuyo, Mendoza. El presunto destino final: Canadá. Tres hombres mexicanos oriundos de Michoacán, dos de ellos con domicilios en Puerto Madero, fueron arrestados. Las sospechas de vínculos a poderosos carteles, compartidas por las fuerzas de seguridad canadienses, se volvieron inmediatas.

De vuelta en Argentina, González Charvay y la PFA pudieron desentrañar parte de la ingeniería de colaboración local que hizo posible el negocio de cocaína trasnacional más grande desde la causa "Carbón Blanco" en la que fue condenado el empresario Carlos Salvatore. En Chaco, Alberto Busciglio, un empresario de la ciudad de Resistencia, fue arrestado por la Federal acusado de ser el comprador de las bobinas a través de su firma El Aguila SRL. Rodrigo Naged Ramírez, colombiano, de 58 años pero con pasaporte mexicano, habría sido el encargado de pagarle las bobinas con un precio de 300 mil dólares. Tenía en su poder una avioneta Cessna: sus cartas de vuelo indicaban viajes a Bolivia y Mendoza. En Bahía Blanca, la PFA arrestó a Damián Limanski, un conocido despachante de Aduana vinculado a los mexicanos.

Otro detenido fue el abogado Gonzalo Sánchez, vecino de un country de Berazategui. Sánchez había sido, de acuerdo al Boletín Oficial, el encargado de conformar la sociedad Can Trade Connections, supuestamente empleada para girar la cocaína a Canadá. Su rubro comercial, según consta en los registros de la AFIP, fue la exportación de importación de bobinas de acero.

Can Trade, con supuestas sedes en Vancouver así como en Estados Unidos y España, tenía un domicilio declarado en la calle Tucumán. Su presidente era Amilcar Darío Martino, un empresario de 65 años oriundo de Loma Hermosa que cayó en la localidad costera de Quequén con 75 mil pesos y varios celulares. Can Trade, de acuerdo al Boletín Oficial, fue conformada en julio de 2016: su presidente original fue Kenneth Booth, un canadiense oriundo de la zona de Delsom Crescent, provincia de British Columbia.

Hoy, a tres días del anuncio de la pared de cocaína en Canadá, el juez González Charvay y la PFA trabajan para encontrar vínculos con los 1800 kilos traficados en territorio argentino. Por lo pronto, hay indicios y hay información. La droga encontrada en Canadá, en su mayor parte, fue traficada hacia el país norteamericano con un modo muy curioso y eficiente: estaba dentro de piedras ornamentales para jardín, ahuecadas y tapadas con cemento. Así, los perros no podrían olfatearla. Un bloque encontrado dentro de una piedra llegó a pesar seis kilos.

Aparentemente, mover droga dentro de bobinas de acero no fue el único modo para los mexicanos. En paralelo, por lo visto, estuvieron las piedras. El procesamiento de la causa firmado por el juez González Charvay tiene amplias señales al respecto.

Los 450 kilos en Mendoza fueron encontrados, precisamente, en un depósito de piedras de cuarzo bajo bolsas de arpillera. Tres hermanos de apellido Cuello fueron detenidos, los socios de la empresa Minerales Aconcagua, dedicadas a la fabricación de artículos de cemento y hormigón, con un local de venta de piedras y lajas.

La investigación de la González Charvay y la PFA descubrió un nivel de mando más alto en la estructura narco: los Cuello no solo habrían estado vinculados a los mexicanos detenidos en Puerto Madero. Había un capo superior, el aparente cerebro del negocio ligado tanto a las bobinas de acero como a las piedras rellenas, hoy buscado por la Justicia argentina con un pedido de captura internacional: el mexicano Rubén de Luna Rodríguez, residente en Canadá.

El pequeño patrón

Las escuchas y las declaraciones indagatorias a lo largo de la causa lo mencionan en repetidas ocasiones. Mantuvo, por ejemplo, conversaciones con Amilcar Martino sobre la exportación de bobinas y estuvo detrás del intento de alquilar un galpón para acopio en la zona de La Boca. El despachante Limanski y Martino hablaron, de acuerdo al procesamiento firmado por González Charvay, sobre la compra de un galpón en Necochea valuado en medio millón de dólares. Uno de los Cuello ya hablaba de una aparente sociedad con Luna y un posible negocio de importación e importación en el Puerto de Buenos Aires.

El mismo Cuello conversó con Max Rodríguez Córdova, uno de los mexicanos detenidos, por el alquiler de otro galpón en un parque industrial de Quilmes. "Está en Dubai", dijo luego un Cuello sobre el capo. "Se ve que Kenneth está en contacto con Rubén", dijo en otra llamada el abogado Sánchez sobre el canadiense detrás de Can Trade y el mexicano prófugo.

Rubén mismo fue escuchado el 3 de mayo de este año en una charla con Martino. El presunto capo le explicó al presidente de Can Trade la mecánica de depósitos para exportaciones entre la filial argentina de la firma y la canadiense. "Al final de cuentas tú estás vendiendo tu material a tu cliente en Canadá", explicó Luna Rodríguez.

Por lo visto, el mexicano no es ningún Keyser Soze, el mítico mafioso innombrable de la película Los Sospechosos de Siempre. Sus subalternos no tuvieron miedo de hablar sobre él en sus indagatorias. Max Rodríguez Córdova se negó a declarar ante el juez de la causa. Sin embargo, aclaró que vino a la Argentina para alquilar galpones y conseguir materiales de embalaje para el presunto capo. Rodriguez incluso entregó su teléfono para que sea peritado, contraseña incluida. Martino aseguró que conoció a Rubén hace "cuatro o cinco años" y que se contactó con él para "comprar máquinas para hacer bloques" y luego entrar en el negocio del acero.

Rubén por lo visto no hizo todo por chat o control remoto: vino a la Argentina en diciembre de 2016 según declaró el despachante Limanski que aseguró haberse encargado de recibirlo. Aseguró que primero pasó por Capital Federal con una estadía en el hotel Hilton, luego estuvo tres días en Bahía Blanca, en el hotel Land Plaza. Más tarde, Luján Martínez se dirigió a Villa La Angostura, de acuerdo al relato de Limanski.

Los amigos prestanombres

Can Trade Connection, por lo pronto, no habría sido la única sociedad empleada para mover material narco. Las autoridades cuentan con información sobre otra empresa mendocina conformada en agosto de 2013 con domicilios en San Rafael y Luján de Cuyo bajo el rubro de venta al por mayor de mercancías.

Sus socias originales fueron dos comerciantes de la provincia, una casada con un colombiano, aparentes prestanombres. La firma cambió su directorio en junio de 2014, con otros posibles prestanombres. Sorprende, por ejemplo, la aparición de un nuevo director suplente, H.O, que hoy tiene 24 años, dos hijos, percibe beneficios del ANSES bajo el Sistema de Asignaciones Familiares y el Programa Jefes de Hogar y tiene un trabajo en una pequeña empresa de conservas de frutas y verduras. Es decir, ningún empresario exportador.

Organismos estatales pudieron determinar que esta firma hizo más de 50 operaciones de envío a Canadá entre 2015 y 2017, la última en abril de este año. Todos tuvieron como receptor a la misma empresa canadiense, basada en la zona de Brampton, provincia de Ontario. Se envió, por ejemplo, cuarzo de cantera argentina: un despacho de noviembre de 2015 consistió en 20 pallets que cargaban cerca de 20 toneladas de piedras.

Con respecto a las piedras, Limanski apuntó en su testimonio que Rubén Luna le había manifestado su voluntad de exportar cuarzo desde Mendoza. Jesús Madrigal, uno de los mexicanos detenidos en Bahía Blanca, instruyó a uno de los hermanos Cuello a comprar, precisamente, cuarzo, de acuerdo a una escucha a comienzos de mayo último.

Queda, finalmente, otro interrogante para resolver en la causa instruida por el juez González Charvay: la ruta de compra de la droga misma, establecer cómo hicieron los mexicanos para hacerse con casi tres toneladas de cocaína que cruzaron el continente.

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