Política

Cierre de listas con intensas disputas por los lugares

No entran todos. Así de simple y así de complejo es el cierre de listas de candidatos nacionales, un requisito excluyente del cronograma electoral que define las listas para la compulsa de octubre, con distintas coaliciones sumidas en intensas negociaciones para colocar sus mejores cuadros en un delicado equilibrio para conformar a todos o a casi todos.



El Frente de Todos encabezado por la fórmula presidencial Fernández-Fernández es quizás el mosaico político más agitado de este sábado 22 de junio, ya que a la candidatura de Sergio Massa (el ex opositor que ahora volvió al redil peronista) deberán seguirle un compilado heterogéneo de referentes de distintos distritos. Todos con la necesaria bendición del armador por excelencia, Máximo Kirchner.
Así lo reconoció en las últimas el propio Alberto Fernández, número uno de la fórmula presidencial pero sin mayor gravitación en las definiciones. Según el diario Perfil, su respuesta ante las llamadas de dirigentes que lo felicitaban  por su candidatura a presidente era “eso lo tienen que hablar con Máximo”.
La postulación del ex jefe de Gabinete no modificó el rol del diputado de La Cámpora, que no solo tiene la única lapicera con la que se inscriben los nombres de los candidatos en el territorio que representa el 37% del padrón nacional, sino que también sigue de cerca las negociaciones por los cierre de listas en distritos del interior en los que su agrupación busca expandir su poder.
El mismo diario Perfil señala que nadie se atrevió a cuestionar su nombre cuando, meses atrás, comenzó a sonar la posibilidad de que la renovación de su banca no sería por Santa Cruz y, en cambio, competiría por el territorio bonaerense. Tampoco se quejaron de la candidatura de Axel Kicillof a gobernador. Hoy, los dirigentes de la provincia de Buenos Aires reconocen que Máximo es el principal referente del espacio, más allá de Cristina Kirchner.
Del otro lado del río, los arquitectos de Cambiemos (o de Juntos por el Cambio) intentaban por todos los medios bajar las alternativas de centroderecha que podrían hacerle sombra a la candidatura presidencial de Mauricio Macri. Fue en ese contexto que se dio la sorprendente inclusión del dirigente conservador Alberto Aseff a las filas del oficialismo.
Cómo se explica esto: el partido UNIR de Aseff, un sello tradicionalmente ligado a los sectores del liberalismo económico, era el vehículo partidario que pensaba utilizar José Luis Espert para lanzarse como candidato a presidente en un esquema de tercera posición, pero sus planes se frustraron cuando el líder de la fuerza política que lo iba a llevar como portaestandarte se licuó en  la formación de Juntos por el Cambio.
Fuentes políticas señalan que fue Marcos Peña el ideólogo de esta jugada estratégica que podría dejar a Espert fuera de competencia. El economista no tiene chances de ganar, pero sí constituye un motivo de irritación para el macrismo porque su cantera de votos se nutre de los electores que en 2015 eligieron al actual presidente. Con Espert en carrera, Macri podría perder 4 o 5 puntos en el guarismo general, lo que puede representar la diferencia entre el triunfo o la derrota.

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