Política

Abrumadora derrota de Macri: Alberto F le sacó 15 puntos

Las PASO de este domingo 11 de agosto emitieron un anticipado certificado de defunción de la administración macrista, con una abrumadora derrota infligida por el opositor Frente de Todos al Gobierno Nacional por 47,3 por ciento de los votos para el candidato justicialista Alberto Fernández contra el 32,3 por ciento alcanzado por el presidente de la Nación.



Las elecciones primarias no definieron el nuevo Gobierno, pero mostraron una realidad que superó todas las expectativas y dejó en condiciones de extrema debilidad al Gobierno encabezado por Mauricio Macri, quien enfrenta su momento más difícil, con un pie en el estribo de la despedida.
El resultado fue catastrófico para el macrismo, que había apelado a la profundización de la grieta con un mensaje de “no volver al pasado” sin asumir que el grueso del electorado independiente, afligido por el encarecimiento de los alimentos y el aumento de la pobreza, estaba dispuesto a volver sobre sus pasos con tal de recobrar el poder adquisitivo de hace cuatro años.
Así las cosas, el frente encabezado por Alberto Fernández quedó a la cabeza de las preferencias, con 15 puntos de diferencia que resultan prácticamente irremontables para la coalición oficialista Juntos por el Cambio y un triunfo que abarca prácticamente todo el territorio nacional, incluido bastiones macristas como provincia de Buenos Aires, Jujuy, Mendoza y Corrientes.
En esas cuatro provincias gobernadas por aliados estratégicos del presidente Mauricio Macri el resultado fue adverso para Juntos por el Cambio, que retrocedió hasta quedar diluido como opción de poder camino a las elecciones definitivas de octubre.
Sólo en la ciudad autónoma de Buenos Aires hubo un resultado positivo para el oficialismo, aunque con una diferencia menor de la esperada y un tsunami de votos en contra emitidos en el conurbano bonaerense, que truncó las aspiraciones reeleccionistas de la gobernadora María Eugenia Vidal.
La mandataria que hasta el domingo era la figura política más presentable de Juntos por el Cambio cayó derrotada por un arrollador Axel Kicillof, quien se alzó con el 49,2 por ciento de los votos contra 32,7 por ciento de su contrincante.
Estos guarismos se repitieron (con diferencias de matices pero siempre con el justicialismo como ganador) en el 95 por ciento de los distritos, en una franca demostración de que la sociedad nunca compró el discurso macrista de la lucha contra la corrupción, construido sobre los cimientos de las causas judiciales instruidas en Comodoro Py.
El cachetazo electoral fue tan estremecedor como los índices inflacionarios registrados en la administración de Cambiemos, con paritarias que condenaron a los asalariados a perder la mitad de su capacidad de consumo en cuatro años.
Ese dato es consecuencia de la política económica de Macri y explica en buena parte la reacción de un electorado enojado con el modelo de libre mercado pregonado por el presidente, quien nunca se detuvo a medir las consecuencias de los tarifazos, el deterioro de los salarios y el altísimo costo social del ajuste.
Las elecciones primarias marcaron así el inicio de un nuevo ciclo en el país, con un cambio de signo político que terminará de plasmarse en octubre, cuando los argentinos vuelvan a elegir entre Alberto Fernández y Mauricio Macri, pero en un escenario claramente favorable a la opción que más se adecuó al clamor social de un golpe de timón económico.

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